miércoles, 11 de octubre de 2017

Un paso a la madurez (Mi primer viaje sola)

Tantas veces había soñado con salir de la ciudad sola. Descubrir por cuenta propia lugares desconocidos. Muchas preguntas pasaban por mi cabeza ¿y si me pasa algo?, ¿y si me quedo sin dinero?, ¿y si me roban?, ¿y si me pierdo?, etc...
Por semanas estuve leyendo blogs de mujeres que habían cumplido ese sueño. Línea tras línea la emoción iba en aumento pero, con la emoción también crecía el miedo.


Empecé armando mi ruta y fijando mi presupuesto. Después de algunos días de darle vueltas y vueltas a mis planes me decidí. Me iría de viaje sola.
Escogí Puno como mi destino final. Salí en la 2da semana de Marzo. Todo, absolutamente todo, era emocionante, incluso esperar el bus por casi 2 horas. De pie, en la terminal de Atocongo, veía a los pasajeros subir al bus con destino a Arequipa, iba a hacer una parada ahí para comer un Rocoto relleno. No podía perder esa oportunidad.


Estaba paralizada, mis piernas duras. Subí al bus y las lágrimas ya estaban en todo mi rostro. Ya en mi asiento, muy emocionada todavía, veía el camino ¡Me alejaba de todo! El viaje fue largo, hicimos una parada cerca de las 9 o 10 de la noche para cenar. Todo era extraño.

Llegué a Arequipa y todo el miedo se había quedado en el camino. Recorrí la plaza, los mercados, museos... Todo era hermoso. Pasee por barrios hermosos, y con la mejor compañía ¡Una cerveza Arequipeña! Ya en la noche volví a la terminal pues aún me esperaba Puno y sus bellas islas.












Llegué a Puno casi a las 3 de la mañana. Me quedé en la terminal un par de horas y luego caminé hasta el puerto. Desayuné ahí y compré algo para protegerme del frío.
El bote salió a las 8 de la mañana con destino a la isla Amantaní, con parada en la isla Uros. El viaje fue de 3 horas. Al llegar a la isla Amantaní nos llevaron a la casa donde junto a un grupo de viajeros nos quedaríamos a pasar la noche.



Estuve observando el hermoso paisaje un largo rato y luego me puse hacer lo que tenía planeado ¡ESCRIBIR! La isla Amantaní, o alguna otra isla de Puno, es perfecta para quienes como yo viajan solos por primera vez. Es muy tranquilo y acogedor.
Conocí gente muy linda y amigable. Paseé por la isla con 3 colombianos y una Iraquí ¡Hermosas personas! Alegres, divertidas...


No podía creer todo lo que estaba viviendo. Veía la inmensidad del lago y no podía creer que estuviese tan lejos de mi familia y sola. Sin dudas viajar sola fue una de las mejores experiencias en mi vida y estoy segura que esa no fue la última.


Todo el viaje fue perfecto pero al volver surgieron ciertos inconvenientes. Buses retrasados por los huaicos, esperar horas en la terminal, mi presupuesto disminuía. Debía llegar a Lima cerca de las 8 de la noche y llegué pasando medianoche. Veía las noticias y el miedo regresó. El camino de regreso a Lima fue larguísimo y los paisajes no eran los que al comienzo me recibieron. ¡Todo estaba inundado! Las personas que viajaban conmigo comentaban como los huaicos destruyeron casas y cosechas. Todo eso me aturdió y aumentaba mi miedo. Por suerte nada paso de un susto. Llegué a mi casa bien. Lo primero que hice fue meterme a mi cuarto y llorar, llorar como no lo había hecho nunca.


Realmente me había asustado, pero recordaba los hermosos momentos que viví. No podía dejar que el miedo me detenga una próxima vez. Sabía que cosas así podían pasar. Había viajado sin decirle a nadie, salvo a algunos amigos, que me iría sola. Después de meses le conté a mi mamá aquella vivencia -¿Estás loca? ¡Te pudo pasar algo!
Es cierto, pero aquí sigo, empezando mi ruta para una nueva aventura. Necesito Buenos Aires 3:)



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